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Algún rey, en algún tiempo, en algún lugar, y por algún motivo concreto, concedió un escudo de armas a un caballero, cuyos descendientes lo heredaron hasta nuestros días.

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martes, 28 de diciembre de 2038

Articulo Heráldica | Concepto e Historia


Entre los símbolos que representan las distinciones de personas o entidades, ocupan un lugar preferente los llamados escudos de armas, cuyo estudio es objeto de la ciencia heráldica.
La heráldica o ciencia del blasón, es para la Real Academia “el arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona”. Y blasonar será disponer el escudo de armas, según las reglas del arte, esto es, disponer convenientemente los blasones, nombre que igualmente reciben cada figura, seña o pieza de las que se ponen en un escudo, el cual, a su vez, no es sino el campo, la superficie o el espacio de distintas figuras en que se pintan los blasones de un reino, ciudad o familia.
La elaboración sistemática y con ella la historia de la heráldica, datan propiamente de la época en que este asunto empezó a preocupar a los hombres de ciencias, especialmente a los juristas y a los clérigos.

Los heraldistas más antiguos fueron el eminente profesor de leyes Bartolomé de Sassoferrato, en Perusa, y Juan Rothe, en Turingia (Alemania).
A Bartolomé de Sassoferrato corresponde el tratado “De armis et insigniis”, que se reprodujo varias veces y que ejerció gran influencia durante algunos siglos; en el se trata de las diversas cuestiones relacionadas con el blasón, sobre la manera de pintar y dibujar las armerías, de los conceptos de flanco derecho e izquierdo y del simbolismo de los colores.
“Rietterspiegel” es la obra principal de Rothe. Trata, en primer lugar del origen del blasón, pero explica también el simbolismo de los esmaltes, así como criterios para la formación del escudo.
Dentro del ámbito germánico, cabe señalar asimismo, a Félix Hammerlein, que en su tratado “De nobilitate et rusticitate” (1.440 aprox.), dedicó un capitulo especial a la ciencia heráldica, calcado en los trabajos de Sassoferrato.
Sin embrago, será Francia el país que mas contribuya a la elaboración y desarrollo del lenguaje heráldico, en parte por haber quedado postergada esta cuestión en Alemania. En este senido podemos destacar a tratadistas como Clemente Prinsault, quien en 1.416 fija ya muchos de los términos que estarán vigentes hasta hoy, no solo de la heráldica francesa, sino en la de muchos otros países que no encontraron vocablos adecuados para sus lenguas.
En el siglo XVI, Bartolomé Cassaneo logra en su “Catalogus Gloriae mundi”, la fusión de las diversas tendencias expuestas. Más tarde, en el siglo XVII, continuara la evolución heráldica con autores como Felipe Harsdörfer, quien hablo por primera vez de la partición del escudo, además de introducir en la literatura alemana gran numero de voces técnicas.
A partir del siglo XVIII crece el número de publicaciones dedicadas a la heráldica, incluso en España, con obras como “Declaración de las empresas, armas y blasones con que se ilustran y conocen los principales reinos, provincias, ciudades y villas de España”, que tuvo como autor a Antonio Moya, en 1.756.
Tampoco han faltado en la historia moderna recopilaciones, como la de De Renesse, titulada “Dictionaire des figures heraldiques” (1.895), así como tratados sistematizadores, como el “Tratado de Genealogía, Heráldica y Derecho Nobiliario”, obra de Vicente Cadenas, publicada en 1.961. Y numerosas obras más recientes.

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